REVIEW: SODOM: “The final signs of evil” cd 2007 Alemania

La idea de que un grupo regrabe un clásico del calibre pesado de “In the sign of evil” hace que uno tenga serias suspicacias en cuanto a cómo irá a sonar dicho disco, y más aún si uno tiene en mente la decepción que representó (al menos para mí) el “Thrash Athems” de DESTRUCTION. Con miedo puse el disco esperando lo peor. Pues felizmente éste sí me gusto por varias razones. La primera es que contiene viejísimas canciones que se supone que son del tiempo en que se grabó el mini-lp y que no se incluyeron pues la compañía no los dejó grabarlas. Por otro lado, el sonido, obviamente es más actual, pero al final se mantiene ese perfil pérfido de SODOM. Igual el sonido pudiera recordar un poco a aquél legendario “Sodomy & lust”. Algunos críticos dicen que la grabación suena forzada. Con eso quieren dar a entender que todo fue hecho para que sonara viejo. ¡Pues claro, de eso de trataba! El chiste de eso es que las canciones mantuvieran su estilo y feeling de cuando se iban a grabar, o sea, en 1984. Y es también por ése simple detalle desdeñado que supera al de DESTRUCTION. El disco irrumpe con “The sin of Sodom” que es una canción entera que incluye la intro que si viene en el minilp. Rola a paso medio, más que otra cosa en la batería. No es un portento de rola, la verdad. Después viene la ultra clásica “Blasphemer”, de la cual me esperaba una chingadera. Nomás por hocicón recibí a cambio una versión, que igual no supera la original, pero que quedó bastante chida. Otra nueva es “Bloody corpse”, buena rola ciertamente. Lo que se nota ya a estas alturas es que el buenazo y cachetón Witch Hunter ha disminuido en cuanto a su excelsísidad como baterista de Thrash. Los años y los litros de cerveza no han pasado en vano y se extraña esa potencia y precisión que lo caracterizaron. El que hace mejor papel es el siempre guapo Grave Violater, que a pesar de que no había pisado un estudio de grabación en más de 20 años, lo hace bien y eso se percibe en la siempre demoledora “Witching Metal”. Siguiendo con las inéditas, está “Sons of hell”, rola que creo que debieron de hacerle algo para que sonara un poco más agresiva, igual hacer un doblaje extra de guitarras. Pero se queda del lado bueno porque en sí, sigue siendo una muy buena rola, primitiva y malvibrosa. Casi conservando su agresividad original, “Burst command til war” pega con su velocidad y estructura nada compleja, pero siempre efectiva. “Where angels die” es de las canciones más rápidas y pegadoras de las nuevas, aunque la vocales de Tom suenan aquí muy similares a su forma de cantar actual, al fraseo me refiero, pero se me hace que es de las mejores. Me da mucha curiosidad saber cómo hubiera sonado grabada en 1984. Puede ser que la que menos me agradó de cómo quedó de las rolas viejas es “Sepulchral voice”, será que se extraña ese sonido de batería tan característico. “Hatred of the gods” es otra buena rola inédita que trae impregnada la personalidad de ese periodo añejo del grupo. De hecho se me hace que aquí es donde el Witch Hunter se luce más, discutiéndose con ese doble bombo tipo martillo neumático que era muy particular de él. Nada apantalladora me resultó “Ashes to ashes”, pues en cierto modo pareciera estar más de relleno que de otra cosa. La fabulosa “Outbreak of Evil” está casi del diez, que bueno, ese himno Black Metal difícilmente podría sonar de alguna manera culero. Me da la impresión de vez en cuando que Witch Hunter se sale de tiempo en algunas partes, o será que fue con toda intención. Ya para terminar con el disco está “Defloration”, canción que, pese a que no tiene un texto muy profundo, termina siendo una muy buena canción que une unos riffs muy rockanroleros con partes rápidas thrashers a doble bombo. No voy a decir que es lo más sensacional que SODOM haya hecho, pero creo que el proyecto en sí de regrabar con la formación original y temas inéditos es lo que más vale de esto, aunque las versiones no quedaron nada mal. Sólo los meros meros fans de SODOM están convidados a comprar este disco, que por cierto, trae textos y fotos inéditas de aquellos años lejanos de juventud.