
2. Jingle Bells]
3. Leise Rieselt Der Schnee...]
4. Winter Wonderland
5. Oh, Tannenbaum
6. G.K.W.
7. Silent Night, Holy Night
8. White Christmas
9. Alle Jahre Wieder...








1. Fire in the alley
2. Heading for action
3. Need some more
4. I'm leaving]
5. Rock forever rock
6. Fight for your right
7. Rock on
8. All for free
9. I'm coming home
10. Speedway ( instrumental)
Uno al ver la portada de este disco piensa que es una banda rock de los 60s, pero cuando lo pone en el tornamesa, uno se da cuenta que de 60s tiene sólo la influencia rockanrolera. “Fire in the Alley” es una canción que entra alegre y movida, más o menos rápida que suena muy bien y no se demora mucho en terminar. Un poco más en el Speed es “Heading for action”, que nunca deja de mantener la melodía que se intensifica con el buen solo de guitarra que incluye. “Need some more” aligera levemente el paso mas no la intensidad que se mantiene a presente por la voz de Harmut y los buenos guitarrazos de Rüdiger, que no deja pasar la oportunidad para lucirse con los solos, sin presumir de ser virtuoso. Estos weyes no incluyen ni una sola gota de sangre ni medio gramo de tripas esparcidas en sus letras, sino que éstas van en la línea de la cotidianeidad de un rockanrolero de los 80s (…). “I´m leaving” como que da un respiro para que el disco no suene todo en la misma línea de canciones aceleradas, pues hasta le meten unos cortes aquí y allá. A doble bombo entra y continúa “Rock forever rock”, que curiosamente le baja toda la intensidad a la hora del coro, para continuar como iba desde el inicio y atacar después con el solo de lira. Muy del estilo gabacho es la primera canción del lado B “Fight for your right” que se mantiene firme hasta el final con su paso medio y coro bien puesto. Con “Rock on” decae un leve el disco hasta que llega al solo de guitarra que le da un empujón para no quedar aburrida. “All for free” es un intento por hacer algo comercialón, pero como que el experimento no les salió muy bien y la rola no sobresale mucho, lo mismo que “I´m Comin’ home” que llega a levantar por el coro medio dramático que tiene. El héroe al rescate es la veloz y morrocotuda “Speedway”, que como su nombre lo sugiere va rápida, con trabajo más marcado en la guitarra y buen poder. Este de plano no es de los discos alemanes más conocidos, y por lo tanto tampoco es de los más fáciles de encontrar, pero bien valdría la pena que gastes tu dinero y tiempo en él, en lugar de comprar un clon que al rato querrás vender.
http://rapidshare.com/files/77305399/fortuner.rar.html








 Literalmente resucitados de entre los muertos, esta horda de muertos vivientes lograron sacar este excelente disco de sentimiento necrofílico. Desde la portada uno tiene la certeza de que este no va a ser un disco para gente normal. El horror sónico domina el álbum entero (como casi todos los del grupo), el cual, de cierta manera, es una especie de lp conceptual, pues cada uno de los miembros tiene su canción, según la caracterización del monstruo clásico al que representa. Así pues, con sonidos de ultratumba y el aleteo de sombras negras entra “Vampire”, con paso aceleradón y melodramáticas vocales. En contraste está la entrada baladosa y en guitarra acústica de “Death”, otro cuento de horror, que se torna cada vez más pesado y lújubre, donde la única impresión cercana al amor, es el del amor mismo a la muerte. “Black Mummy” entra con unos elementos de reminiscencia orquestada, que no saturan. Va a paso medio que se vuelve arrastrado en momentos, aderezado con algo de atmósfera por aquí y por allá, aunque el Metal y la locura es lo que siempre van dominando el curso de la canción. Con “Zombie” hicieron un buen trabajo de remozamiento, pues la que aparece aquí es una versión diferente a la que viene en su  7 ep "Zombie/Terror", y los logros horripilantes son evidentes, pues es una canción de verdad poderosa, aunque no va a velocidad Speed Metalera. Curiosamente es una de las canciones que no trae nada de efectos de sonido ni nada parecido, dejándola puramente musical, y dando chance al solo de guitarra, que aunque no es de euforia, queda bien para los propósitos macabros del disco. Los aullidos de lobo en luz de luna nos amenazan con la llegada de la veloz y devoradora “Werewolf”, que aunque entra con unas vocales muy de balada, es mucho el poder que tiene la canción, la cual se resalta con la buena producción que se les ocurrió ponerle al disco, aunque tiene algunos errorcillos de masterización que son perdonables..... A otra que le dieron su manita de gato (negro) fue a “Terror”, que al igual que “Zombie” quedó bastante mejor que en la versión vetusta y primigenia de aquel primer 7” de casi diez años antes.. La atmósfera de frío cementerio y el canto del búho nos hacen caer en el apretón del terror asfixiante, el que nos lleva al colapso de la muerte inminente. El cover que por lo general hace el grupo es en esta ocasión la versión a la original “I love the dead” de ALICE COOPER, que tuvieron el buen tino de no tocarla a detalle, y según recuerdo, el texto tampoco es el mismo. La expresión máxima de la decadencia, de lo corrompido es la espectral “The hanged ballad”, pues, ¿a quién en su sano juicio pudo ocurrírsele hacerle una balada a un ahorcado? Pues a Sylvester únicamente. El uso de guitarras voz y teclados le dan su personalidad aparte del resto del material de este disco de horror. Remata la canción un pasaje de pseudo orquestación, que nos remite a momentos de locura y frénesi. Nomás para demostrar que el grupo no se la pasaba asustando gente, sino también destrozando pósers, entra sin misericordia “Murder Angels”, pues a su paso poderoso y rápido ningún admirador de Lacrimosa puede aguantar. También hay que decir que esta rola la dejaron mórbidamente destructora, pues al primera versión (del demo) no tenía ni la mitad de poder que esta nueva. Todo aquel que quiera explorar los bajos fondos de la necrofilia y el hedor de la muerte, que entre aquí, pero que pierda toda esperanza de salir.
Literalmente resucitados de entre los muertos, esta horda de muertos vivientes lograron sacar este excelente disco de sentimiento necrofílico. Desde la portada uno tiene la certeza de que este no va a ser un disco para gente normal. El horror sónico domina el álbum entero (como casi todos los del grupo), el cual, de cierta manera, es una especie de lp conceptual, pues cada uno de los miembros tiene su canción, según la caracterización del monstruo clásico al que representa. Así pues, con sonidos de ultratumba y el aleteo de sombras negras entra “Vampire”, con paso aceleradón y melodramáticas vocales. En contraste está la entrada baladosa y en guitarra acústica de “Death”, otro cuento de horror, que se torna cada vez más pesado y lújubre, donde la única impresión cercana al amor, es el del amor mismo a la muerte. “Black Mummy” entra con unos elementos de reminiscencia orquestada, que no saturan. Va a paso medio que se vuelve arrastrado en momentos, aderezado con algo de atmósfera por aquí y por allá, aunque el Metal y la locura es lo que siempre van dominando el curso de la canción. Con “Zombie” hicieron un buen trabajo de remozamiento, pues la que aparece aquí es una versión diferente a la que viene en su  7 ep "Zombie/Terror", y los logros horripilantes son evidentes, pues es una canción de verdad poderosa, aunque no va a velocidad Speed Metalera. Curiosamente es una de las canciones que no trae nada de efectos de sonido ni nada parecido, dejándola puramente musical, y dando chance al solo de guitarra, que aunque no es de euforia, queda bien para los propósitos macabros del disco. Los aullidos de lobo en luz de luna nos amenazan con la llegada de la veloz y devoradora “Werewolf”, que aunque entra con unas vocales muy de balada, es mucho el poder que tiene la canción, la cual se resalta con la buena producción que se les ocurrió ponerle al disco, aunque tiene algunos errorcillos de masterización que son perdonables..... A otra que le dieron su manita de gato (negro) fue a “Terror”, que al igual que “Zombie” quedó bastante mejor que en la versión vetusta y primigenia de aquel primer 7” de casi diez años antes.. La atmósfera de frío cementerio y el canto del búho nos hacen caer en el apretón del terror asfixiante, el que nos lleva al colapso de la muerte inminente. El cover que por lo general hace el grupo es en esta ocasión la versión a la original “I love the dead” de ALICE COOPER, que tuvieron el buen tino de no tocarla a detalle, y según recuerdo, el texto tampoco es el mismo. La expresión máxima de la decadencia, de lo corrompido es la espectral “The hanged ballad”, pues, ¿a quién en su sano juicio pudo ocurrírsele hacerle una balada a un ahorcado? Pues a Sylvester únicamente. El uso de guitarras voz y teclados le dan su personalidad aparte del resto del material de este disco de horror. Remata la canción un pasaje de pseudo orquestación, que nos remite a momentos de locura y frénesi. Nomás para demostrar que el grupo no se la pasaba asustando gente, sino también destrozando pósers, entra sin misericordia “Murder Angels”, pues a su paso poderoso y rápido ningún admirador de Lacrimosa puede aguantar. También hay que decir que esta rola la dejaron mórbidamente destructora, pues al primera versión (del demo) no tenía ni la mitad de poder que esta nueva. Todo aquel que quiera explorar los bajos fondos de la necrofilia y el hedor de la muerte, que entre aquí, pero que pierda toda esperanza de salir.

