Según mencionó Rob Graves en la entrevista que le hice para el cuarto número de este fanzine, el disco estaba básicamente terminado desde 1988, más o menos. Se llevó casi 20 años para que lo acabara y grabara, no sin muchos problemas, en los que se pueden enumerar la falta de interés final de los ex compañeros de panteón de este muerto viviente. El estilo es todo RIPPER, igual lo que difiere de su clásico “…and dead shall raise” mencione dead a no le ayude mucho.tes, y aparte la versis las canciones siguen un mismo molde, y mpor ellos.achos, eso sees que aquí sólo canta Rob y la producción es, obviamente más actual. No por eso quedó mal el disco, de hecho quedó muy bien, como tenía que haber sido. Claramente RIPPER, hediéndolo por todos lados son: “Homicidal”, “66 Angel Eyes”, “US Tank”. Es notable la voz inconfundible de Rob, con todo y los efectos que de vez en cuando le ponen para acentuar algún pasaje. No está de más decir que Rob continúa con la temática de terror, elemento base para la música malsana de RIPPER. Dando tributo al pasado, tiene a bien tocar una versión de “God of Thunder” de KISS, que se me hizo algo deslucida sinceramente, pero que de todos modos, no es determinante para la calidad de este disco. Salió una edición en CD, que a diferencia del LP, trae booklet con textos, fotos de fans y cuates de la banda. No me lo van a creer, pero vengo yo. Con toda la verdad del mundo, no es mejor que “…and dead shall rise”, pero sí un digno sucesor.
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