Después de unos
cuatro años de espera, finalmente el nuevo álbum está listo. Muchos podrán
pensar que es un periodo de tiempo muy largo para componer y grabar un disco,
sin embargo Tom Warrior y sus huestes oscuras nunca han sido partidarios de las
prisas. A diferencia de lo que pasó siempre con Celtic Frost, los discos de
Triptykon parecen no ser muy diferentes en sonido y estilo, unos de otros. Eso
no es que en sí mismo sea malo, sólo que Tom por lo general tendía a sorprender,
para bien o para mal, con cambios o nuevos elementos de un disco al siguiente.
Puede ser que ahora esos elementos sean más sutiles, como ese instrumento de
cuerdas tipo citara que se oye en la siniestra Tree of Suffocating Souls. Lo
que no cambia demasiado es ese sonido ultra pesado y sofocante que al mismo
tiempo puede ser flexible y dar temas de total lentitud y parsimonia como
Boleskine House, o a toda velocidad como Breathing. Lo que tampoco cambia es la
atmósfera enrarecida como de cementerio después de la lluvia, y que es ya la
marca indeleble de Triptykon y que Tom había ya explorado en el último disco de
Celtic Frost Monotheist. Algo que a no muchos fanáticos (y no fanáticos) les
agrada son tracks como Waiting, que viene a ser de lo más experimental y fuera
de la línea del disco, o algunos detalles -como en partes de Aurorae y Demon
Pact- un poco extraños y que son de los que a Warrior siempre la han gustado
meter en sus grabaciones, yo creo que a manera de seguir en busca de nuevos
horizontes. Por lo general los temas son variados y no siguen una línea recta,
sean veloces o lentos, lo cual ayuda mucho a que uno no se sumerja en el tedio,
mal que aqueja a muchos de los discos de la actualidad. Si embargo la pesadez
es lo que domina mucho del disco y eso se nota en temas largos y heavys como la
atronadora Black Snow o Sleep of Death, la cual incluye unas vocales tipo
gemido que ya había usado en el legendario Into the Pandemonium. En la cuestión
temática, la cosa sigue siendo muy oscura, incluso críptica, pero Tom se encarga
de explicar con notas adosadas a cada texto. El álbum salió en diversas
presentaciones: boxset, caja de tres viniles de 10”, doble lp de 12”, CD normal y CD en digibook,
siendo la caja la más limitada y al que trae un montón de cosas. Lo inquietante
es que la versión japonesa, como casi siempre, trae un tema extra, que ninguna
de las versiones incluye. La portada y el arte interior fueron tomados de nueva
cuenta de varias obras del recientemente finado Giger, muy amigo de Warrior
como muchos sabrán. Sin duda un buen disco que es digno sucesor de los álbumes
de Hellhammer y Celtic Frost.
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