BULLDOZER: “The Unexpected Fate” CD 2009 Italia

Así se hace. Se llevaron como 20 años, pero lo lograron. En el caso de una banda como BULLDOZER, sería ridículo que copiaran a los que los copian (que se dan casos). Estos tres nacos italianos lograron conservar el estilo que se les conocía de Thrash/Speed Metal sucio y muy corrosivo, tanto que siempre se sacaban las peores calificaciones en las revistas popof del momento como Kerrang!, pues no eran niños bonitos como METALLICA o EXODUS. Gran susto me llevé cuando empecé a oír la grabación promo proporcionada por la compañía Scarlet, pues comienzan, después de la intro, con algo que me sonó a brutal Death Metal. Fue una broma supongo porque lo que sigue es el total Thrash Metal con los característicos riffs de Andi y las voces de demonio de AC Wild, ambos piezas fundadoras y fundamentales de BULLDOZER. De hecho, tan bien recrearon el sonido del grupo que hasta la batería del chamaco Manu se parece a la de Rob K Cabrini, segundo y poderoso baterista que ya no pasa lista para este disco. En realidad todos los temas están en el mismo estándar de calidad y no resaltan mucho uno de los demás. Lo mejor de todo es que no hay rap aquí ni cosas experimentales. Puro y definitivo BULLDOZER, aunque tal vez podrán detectar algunos solos de guitarra no muy del tipo del grupo, y eso de debió a que estuvieron como músicos de sesión sujetos tan dispares como Kiko Loureiro y Billy Sheehan. Pero no hay por qué alarmarse. “The Unexpected Fate” está más cercano de “IX” o “Neurodeliri” que de los dos primeros, así que ese es el estilo que les hará menear la cabeza. Si es que les gusta BULLDOZER. Que no cunda el pánico, es un muy buen regreso, y muy inesperado. Y para que no digan que el grupo no es altruista ni se preocupa por la situación del mundo, las entradas de los dos únicos shows del año se las darán a la UNICEF. Qué lejos está esto de la patética misantropía del Black Metal. De hecho, creo que algún elemento de la portada le molestará a más de un blackerito, ya ven que están muy amargados. Por cierto, ya salió en edición nacional, extrañamente